¿En esta nueva era, caracterizada por el cambio vertiginoso de casi todas las cosas podemos arriesgarnos a apostar a la libertad?
¿Es posible repensar el concepto de participación ciudadana sin tomarlo desde
una mirada económica?
Estos interrogantes parten de la idea de retomar la participación pública en asuntos políticos como se hacía en la antigua Grecia; donde las personas tenían qué decir y eran escuchados.
Por lo tanto, este trabajo intenta analizar a las redes sociales, como herramientas de comunicación y de vínculo entre el área gubernamental y los ciudadanos.
Los puntos en los cuales se intentará ahondar, serían:
- Esfera pública y Esfera Privada de Arendt (desde los conceptos de de LIBERTAD y PARTICIPACIÓN)
- Posmodernidad y Aldea global de Mc Luhan
- Lugar y No-lugar de Auge.
- Concepto de entorno
- Entorno real y Entorno virtual
- Comunicación real y Comunicación virtual.
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En la Edad Antigua la palabra “público”, según Arendt, tenía dos significados estrechamente relacionados. Por un lado hacía referencia a que todo lo que aparece en público puede verlo y oírlo todo el mundo y tiene la más amplia publicidad posible. Por el otro, el término público significaba el propio mundo, en cuanto es común a todos nosotros y diferenciado de nuestro lugar poseído privadamente en él.
El ágora de la polis griega era el lugar público donde se discutían los asuntos públicos y se desarrollaba el arte de la persuasión y la retórica, es ahí donde los ciudadanos libres participaban en política.
Algo a remarcar es el concepto ambiguo de Libertad Griega, ya que sólo eran personas libres los hombres adultos, letrados y que poseían riquezas o propiedades; dejando afuera a las mujeres, niños y esclavos privados de esas actividades.
Con respecto a lo privado, esta palabra hacía referencia en esa época a vivir una vida privado de cosas esenciales a una verdadera vida humana: estar privado de la realidad que proviene de ser oído y visto por los demás, estar privado de una objetiva relación con los otros.
En la esfera privada permanecía lo que debía ocultarse: pasiones, relaciones de familia, transacciones comerciales, etc.
Luego en la edad moderna las diferencias entre esfera pública y privada fueron desapareciendo, ya que lo privado de a poco empieza a tomar notoriedad pública. Este cambio se da como consecuencia del Capitalismo. Sin embargo, sigue habiendo cosas que se ocultaban (pasiones, sentimientos, miserias, relaciones de familia, amistades, etc.) producto de la presión social.
El concepto de libertad sigue siendo engañoso e implicaba exclusión. El consumo se hace público y los mercados se amplían; por lo que, quienes no pueden participan en esos intercambios quedan fuera de todo. Era importante ser ciudadano pero también consumidor.
En la postmodernidad, los sentimientos, las miserias y las pasiones afloran al espacio público y se experimenta un goce en dar publicidad a lo privado u oculto. La sociedad ya no es la que decide que debe permanecer oculto, sino que cada persona tiene esa decisión.
Estamos viviendo en una especie de Aldea global, según Mc Luhan, caracterizada por una creciente interconectividad humana a escala global generada por los medios electrónicos de comunicación (Tics, especialmente internet). El autor plantea que debido a los cambios vertiginosos en las comunicaciones, todos los habitantes del planeta empezarían a conocerse unos a otros y a comunicarse de manera instantánea y directa, volviéndose el mundo, algo similar a una aldea, intensificándose los vínculos económicos, políticos y sociales, entre otros, a escala planetaria.
Esta nueva era de la que todos formamos parte, se caracteriza principalmente por la idea de que todo se puede vender y comprar. Cada una de las actividades que realizamos diariamente parecería tener trasfondo económico, lo que desvirtúa de alguna manera el valor real de las cosas.
Y es esta nueva sociedad consumista de excesos la que de un modo u otro, va moldeando
nuestra identidad y la forma como nos relacionamos con el resto de las personas. Los límites se tornan difusos y las nuevas prácticas se van naturalizando como pautas culturales de esta sociedad contemporánea.
El mercado, conjuntamente con los medios de comunicación, son quienes determinan todos los ámbitos de intervención del hombre y su manera de ver, interpretar y vivir la realidad o mejor dicho de “consumirla”, pues todos estamos obligados a ser consumidores de bienes materiales y simbólicos.
Y lo real, entendido como la presencia concreta y efectiva de las cosas, abarcando todo lo que existe independientemente de lo que pueda percibir cada ser humano, se confunde con lo virtual; los escenarios donde nos movemos cambian vertiginosamente y hacen que nuestra interacción con los demás sea algo complejo.
Se entiende como realidad virtual a la que tiene existencia aparente y no real mediante la representación de escenas o imágenes de objetos, producida por un sistema informático, que da dicha sensación.
Auge habla de no-lugares y los considera una consecuencia de la sobremodernidad. Para el autor la sobremodernidad es un contraste de la idea de posmodernidad (una mirada negativa) caracterizada por el exceso de información y conocimientos, la sobreabundancia espacial, la omnipresencia de la Imagen, la abundancia de acontecimientos que hace imposible pensar el tiempo y la realidad y la reducción de las distancias a causa de los avances tecnológicos y el perfeccionamiento de los medios de comunicación.
De este modo, los no-lugares son espacios de transitoriedad que no tienen el suficiente grado de importancia para ser considerados lugares; en ellos se sufre una despersonalización y una desindividualización, una falta de vivencia emocional. En estos lugares tan impersonales es difícil que se establezcan relaciones íntimas, que se cree identidad, ya que el ser humano es anónimo porque se deja ser uno más, para consumir lo que le ofrecen de manera rápida. Ya no importa tanto ser ciudadano, como si lo era en la Antigüedad, sino que lo primordial es ser consumidor.
Cuando hablamos de entornos de comunicación estamos haciendo referencia a un ambiente, algo que rodea a esa acción. Es el conjunto de condiciones intrínsecas y extrínsecas de una situación de comunicación que intervienen e influyen en ésta. Estos entornos son reales cuando tienen lugar en el accionar cotidiano de los sujetos. Sin embargo, con los avances tecnológicos y la hiperconectividad, también el hombre se sumerge en entornos virtuales, superando las barreras espaciotemporales, y configurándose en un universo simbólico, en un espacio inmaterial.
Ambos tipos de entornos tienen una estrecha relación e influencia mutua, dado que la experiencia en el entorno virtual está mediada por la experiencia en el entorno real y ésta es influida por lo que allí es experimentado.
La realidad virtual permite la generación de entornos de interacción que separan la necesidad de compartir el espacio-tiempo, facilitando en este caso nuevos contextos de intercambio y comunicación.
En estos diferentes entornos también la comunicación se ve influenciada y puede ser concebida como real y virtual.
En cuanto a la real, está dada por la interacción cara a cara de los sujetos participantes, sin la necesidad de un medio informático.
Por otro lado, la comunicación virtual requiere de un sistema tecnológico como medio para que esta tenga lugar.
En la actualidad se tiende a dejar de lado la comunicación cara a cara, prevaleciendo la
interacción en entornos virtuales, es decir, “en un mundo donde se está a la vez en todas
partes y en ninguna parte, pero no en donde viven los cuerpos”(1)
El ciberespacio es una construcción que abre flujos de informaciones, las cuales producen transformaciones radicales en los espacios modernos. La esfera de lo público y lo privado en este ambiente tiene una proporción distinta, ya que estos nuevos espacios virtuales configuran a los sujetos, tejen nuevas relaciones y van de a poco esfumando lo privado,surgiendo así una nueva forma de experiencia social en materia de participación e interacción social y virtual.
¿Es posible pensar entonces que la participación y el debate en política no es sólo una utopía en los tiempos sobremodernos?
A continuación se presentan tres de las campañas más exitosas en las redes sociales.(2)
1) BARACK OBAMA: El presidente de Estados Unidos no sólo ha utilizado los nuevos
medios para acercarse a los jóvenes, subir sus videos en YouTube, crear su propio espacio
en Facebook o publicar mensajes en Twitter, sino que le ha sacado provecho a todas estas
herramientas para cambiar la forma de hacer política. Esta estrategia le funcionó
perfectamente durante su campaña a la presidencia en el 2006. Como por ejemplo la
interacción que tuvo con sus seguidores mediante una entrevista en YouTube. Quizá sea
la experencia más exitosa del uso de las nuevas tecnologías de comunicación. De hecho la
revista Time lo nombró como una de las personalidades más influyentes de las redes
sociales como Facebook y Twitter.
2) SEBASTIÁN PIÑERA: Inspirada en la campaña del estadounidense Barack Obama, la
comunicación del presidente chileno supo asociarse al concepto del cambio, sobre todo
en lo que respecta a los espacios sociales en Internet. Sin duda, la campaña del mandatario
tuvo un gran empuje gracias al excelente manejo de las últimas herramientas de
comunicación política en la red. El equipo del candidato de Derecha supo revertir la
imagen deteriorada en décadas, para ofrecer un aspecto de modernidad y cambio. Piñera
marcó la pauta ante sus adversarios y supo acercarse a los chilenos a través de YouTube,
Facebook y Twitter. Por ejemplo, en You Tube subió cerca de 160 videos durante su
campaña, se hizo de cientos de suscriptores con los cuales participa e intercambia
opiniones. En Facebook cuenta con casi 52,000 partidarios, y todas las utilidades de esta
herramienta, como eventos, fotos, notas, etc, están siendo bien explotadas. Incluso, desde
Facebook tiene enlace directo con flickr, un canal que también tiene muy actualizado con
fotos. En Twitter tiene más de 204,618 seguidores y a su vez él sigue a más de 20,000
twiteros, lo que manifiesta cercanía, proximidad e interés, sobre todo después del
poderoso temblor que azotó al país, y el drama de los 33 mineros atrapados.
3) LAURA CHINCHILLA: En la campaña electoral, la presidenta de Costa Rica incluyó
Internet, especialmente las redes sociales como aliado estratégico, y dio un giro a la forma
de hacer propaganda en el país. Chinchilla se valió de páginas como Facebook y YouTube
para aumentar su popularidad y así llegar la a la silla presidencial. La mandataria ha puesto
en marcha esta misma estrategia tecnológica al interior de su gobierno para crear cercanía
con los costarricenses, y digitalizar funciones del Ejecutivo.
Todos estos mandatarios utilizaron las redes sociales como herramienta de comunicación para sus campañas electorales, sin embargo aún siguen gestionándolas como estrategia de acercamiento a la ciudadanía y constante ida y vuelta.
Experiencia Argentina
Las redes sociales se convirtieron en las plataformas de comunicación preferidas entre numerosos políticos argentinos y la población, cada vez más recargada de caudales de información que brinda la web.
La campaña electoral de Barack Obama en Estados Unidos significó según expertos en el tema un nuevo vínculo entre los políticos y el electorado.
En Argentina, la explosión de las redes sociales y el uso que le dan los funcionarios o políticos todavía está en un proceso de desarrollo.
En el país existen 12 millones de cuentas de Facebook, mientras que en Twitter 400 mil personas tienen perfiles activos.(3)
Hay muchos casos representativos en la política nacional: Aníbal Fernández. Mauricio Macri, Francisco de Narvaez, Héctor Timerman, Daniel Scioli, Agustín Rossi, Carlos Heller, Ernesto Sanz, Osvaldo Nemirovsci, Martín Sabbatella, Amado Boudou, Adrían Pérez, entre otros.
Según los analistas, los políticos argentinos se dividen en varias categorías dentro del escenario 2.0: aquellos que están “solamente por estar”; los que están convencidos de la capacidad de interacción de las redes sociales pero no tienen feedback con la gente; los que se ocupan de contestar cada uno de los mensajes que les envían (la menor cantidad lo hace) y los que tienen perfiles en las redes sociales pero no se encargan de escribir los mensajes.
En poca palabras, se está muy lejos del concepto de participación política griega.
Recalculando
Rubén Sutelman y Carlos Fara, hablan de la comunicación como un elemento clave para la calidad de gestión en la Administración Pública y argumentan que el desafío de los gobiernos es ajustar las prestaciones públicas a las exigencias de información, comunicación de los ciudadanos, velando por el bien común y la equidad.
Es necesario entonces diseñar servicios capaces de satisfacer sus demandas, estableciendo canales de comunicación permanente para así lograr el fortalecimiento de los procesos de participación.
Y las redes sociales son una opción para tener en cuenta, pero necesitan de un seguimiento y actualización constante. Generar un ámbito de debate implicará, hacerse responsable de esos vínculos, dando respuestas a las sugerencias y respetando los diferentes puntos de vista.(4)
“... mientras que la polis era para los griegos un espacio para distinguirse mediante el discurso y la acción, y así mostrar a los demás quién era una verdaderamente, los foros de discusión están poblados de seres anónimos o de identidades cambiadas. En los espacios electrónicos hay, en muchas ocasiones, una necesidad de decir, pero no siempre esa necesidad de escuchar, de abrirse al diálogo, de ponerse en el lugar del otro para ampliar la propia mentalidad, como ocurría en la antigua política.” (5)
Nuestro desafío es retomar la antigua política y hacerla presente. El punto principal es saber aprovechar las nuevas tecnologías pero sin dejar de lado el concepto de lo público como común a todos. En esta sociedad, de la que formamos parte es evidente la brecha educacional y tecnológica que divide a las personas. El concepto de libertad griego se hace eco desde el pasado.
La participación política será posible en estos nuevos escenarios contemporáneos, sólo en la medida en que se establezcan vínculos dinámicos y constantes entre los gobiernos y la sociedad civil, basando estos en el principio del bien común, fin último de la política.
Notas al pie:
1) Declaración de Independencia del Ciberespacio de 1996.
2) Disponible en:
http://noticias.terra.com/fotos/campanas_politicas_exitosas_en_redes_sociales/291598
3) Disponible en http://www.argentivora.com.ar/wordpress/2010/09/28/los-politicos-en-las-
redes-sociales-campanas-2-0/
4) Rubén Sutelman y Carlos Fara,” Acciones para una buena comunicación de gobiernos locales”.
Cap. III.
5) Ferromondo, M., “Lo público y lo Privado en relación a las nuevas tecnologías”, Pág. 223.
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