La profesora de Harvard Latanya Sweeney ha presentado un estudio en el que identifica prejuicios raciales en los resultados de búsquedas de Google. En concreto, al introducir un nombre utilizado mayoritariamente por personas de raza negra se observa un mayor número de anuncios relacionados con actividades delictivas.
La investigadora ha especificado que el prejuicio racial no es una cuestión de Google, señalando que podría tratarse de un reflejo de la conducta social. Google ha sabido convertir su servicio de búsquedas en una plataforma publicitaria útil para usuarios y anunciantes. La compañía permite a las empresas un sistema con el que mostrar sus anuncios en función de los criterios de búsqueda de los usuarios.
El objetivo es que los usuarios reciban publicidad útil a sus necesidades y que los anunciantes limiten sus campañas a los auténticos clientes potenciales. El sistema de Google se ha confirmado como un modelo de éxito, pero puede tener algunos fallos. En concreto, la profesora Latanya Sweeney ha descubierto que el buscador de Google puede haber reproducido disfunciones sociales como los prejuicios por raza.
La profesora de Harvard ha realizado un estudio de búsquedas para demostrar que los resultados ofrecidos a los usuarios en ocasiones pueden representar hábitos sociales negativos como el racismo. Para ello, la investigadora ha buscado algunos de los nombres más populares entre la población de raza negra y otros populares en poblaciones de otras razas.
Después, ha realizado búsquedas de los nombres en Google y ha analizado los resultados. El objetivo ha sido comprobar si los resultados de búsquedas de los distintos grupos de nombres presentaban conclusiones distintas. En concreto, la investigadora ha comprobado que los nombres asociados a la población de raza negra han generado un 25 por ciento más de anuncios relacionados con actividades delictivas, como páginas para comprobar antecedentes penales.
«Discriminación significativa»
Según la BBC, Latanya Sweeney ha establecido que los resultados prueban que el buscador de Google cuenta con un grado de «discriminación significativa». Sin embargo, Sweeney ha destacado que Google no es totalmente responsable de los resultados y ha apuntado a un posible reflejo de conductas sociales como causa de dicha discriminación.
El uso del buscador por parte de los usuarios y su complejo algoritmo serían las causas. Si los usuarios que buscan nombres determinados acceden a servicios relacionados con la justicia, el buscador aprende de dicha conducta. Por lo tanto, los resultados, en parte, están marcados por los hábitos sociales.
De la misma manera, cabe la posibilidad de que las empresas anunciantes hayan solicitado a Google que su anuncio aparezca con determinadas búsquedas, por lo que los anunciantes también tendría parte de responsabilidad. Por su parte, desde Google han asegurado que en sus criterios de búsqueda no hay ningún tipo de discriminación racial.
La compañía, además de no realizar discriminaciones, lucha contra los contenidos en su buscador que puedan suponer un prejuicio a cualquier grupo social. De esta forma, la teoría de reflejar conductas sociales gana peso a la hora de explicar los aparentes prejuicios raciales en los resultados de búsquedas.
Fuente: ABC.es
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