La Unión Europea acaba de dar la puntilla al tratado antipiratería, también conocido como tratado comercial ACTA (Anti-Counterfeiting Trade Agreement). Es un tratado internacional auspiciado porEstados Unidos que pretende combatir el tráfico de productos que violen la propiedad industrial e intelectual. Su ámbito de aplicación es muy amplio; abarca desde falsificaciones de artículos de moda, hasta medicamentos falsificados, pasando por las descargas de películas desde Internet. Lo más polémico de este tratado comercial es el capítulo dedicado a la propiedad intelectual, especialmente en el campo de Internet.
Recoge medidas que pueden poner en riesgo la libertad en la Red, como puede ser criminalizar a aquellos blogueros que publiquen imágenes protegidas por copyright sin autorización en sus blogs. También convierte a los proveedores de acceso a Internet en una especie de policías de la Red, implicándolos en la lucha contra la piratería que mantiene la industria del entretenimiento. Las negociaciones secretas para acordar el texto de ACTA se iniciaban en el año 2008. Sin embargo, según fueron filtrándose los sucesivos borradores del acuerdo, el enfado de los internautas se fue calentando. En enero de este año 2012, la Unión Europea de los 27 firmaba el tratado ACTA.
Las protestas persistieron, de tal manera que el pasado mes de julio, el Parlamento Europeo terminaba votando en contra de la ratificación de ACTA, por una mayoría aplastante de 478 votos en contra, frente a 39 a favor y 165 abstenciones. Un poco antes de la votación, la Comisión Europea, que había participado en la elaboración del tratado, anticipándose a unos previsibles malos resultados, decidía intentar una vía alternativa para conseguir el visto bueno: Realizar una consulta del Tribunal de Justicia de la Unión Europea para que resolviera sobre la legalidad del tratado conforme al ordenamiento jurídico europeo. Ahora, acaba de saberse que los comisarios de la UE-27 han decidido retirar su solicitud sobre ACTA del Tribunal de Justicia Europeo. Con esto la Unión Europea dice un no definitivo a ratificar ese tratado antipiratería.
Para que un tratado internacional entre en vigor no basta con la firma de los países que lo avalan, sino que además es necesaria la ratificación por parte de un número de firmantes determinado. En el caso concreto del tratado ACTA se requiere que lo ratifiquen seis países, como mínimo. Los Estadosfirmantes del tratado antipiratería son Estados Unidos, los veintisiete miembros de la Unión Europea, Canadá, Corea del Sur, Japón, Marruecos, México, Singapur, Australia y Nueva Zelanda. De momento, tan sólo el promotor, Estados Unidos, y Japón lo han ratificado. Al quedar fuera toda la Unión Europea, ya sólo quedan siete posibles países para conseguir las cuatro ratificaciones que faltan, y el gobierno australiano parece estar a favor.
Fuente original: TuExperto.com
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