¿Cómo estamos percibiendo este cambio?
A menudo nos enteramos de noticias, movilizaciones, marchas, enfrentamientos, problemas sociales y personas que están cambiando al mundo por medio de los llamados ‘activistas de sofa’, quienes detrás de un ordenador siguen o lideran causas sociales.
Aunque el tema muchas veces sugiere controversia, especialmente por el sentido ‘pasivo’ que el término sugiere, varias personas pasan a la acción porque les cautiva una historia que leen o expresan rechazo y/o aceptación por realidades que aunque no viven o ven con sus propios ojos, les llegan al corazón cuando estas atraviesan sus redes sociales. ¿Puede entonces el activismo de sofá en realidad cambiar el mundo?
- Según un estudio de la Universidad de Georgetown llamado “The Dynamics of Cause Engagement”, el activista de sofá está más comprometido y participa más en acciones reales que los usuarios que no utilizan las redes sociales para estos fines.
- El estudio también expresa que las redes sociales y el mundo online no sustituyen a los medios tradicionales de activismo, pero sí lo complementan.
- Según Ben Scott, asesor político e investigador de comunicación, el activismo de sofá puede quitarle fuerza al activismo de calle. Sin embargo, no se puede negar el gran impacto en términos de difusión que tiene el internet y que no posee el activismo tradicional.
- Portales de activismo en línea como Change.org están revolucionando la forma en como nos conectamos y pasamos a la acción. Cualquier persona puede hacer uso de este portal por medio de peticiones que son apoyadas por otras personas para reunir los esfuerzos suficientes y cambiar una realidad. Ya son muchos los que han movilizado poblaciones enteras para pasar a la acción, un caso concreto es de la iniciativa que evitó el cierre de la unidad de cardiología infantil de Las Palmas, España, tras recaudar 46.720 firmas.
Fuente: idealist.org
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